"El aprendizaje resulta de lo que el alumno hace y piensa y sólo de lo que el alumno hace y piensa. El profesor sólo puede promover el aprendizaje influyendo en lo que el alumno hace y piensa."
Herbert A. Simon (1916-2001), investigador en política y ciencias cognitivas.
Entre las responsabilidades directas del entrenador, una de las más importantes es la selección o el diseño de las tareas que formarán parte del proceso de formación. Son numerosos los factores que influyen en el diseño de las tareas. Sin embargo, en este artículo nos vamos a centrar en aquellos aspectos a tener en cuenta para construir situaciones de enseñanza que favorezcan el aprendizaje de los principios o conceptos del juego y el desarrollo de la inteligencia motriz para jugar al baloncesto. Es muy importante que el entrenador tenga en cuenta estos criterios para valorar si las tareas propuestas son las idóneas para producir aprendizajes significativos en sus jugadores.

- 1. Adaptación a los objetivos y contenidos propuestos
El objetivo de la tarea debe aparecer muchas veces durante el ejercicio. Si el objetivo de una tarea es tirar, debe haber muchos tiros, si es botar, no deben dejar de botar..... Si el objetivo de un juego diseñado para jugadores es mejorar la capacidad de tirar a canasta y, de media, cada jugador realiza dos tiros por minuto, podemos afirmar que la tarea permitirá aprender otras acciones pero el grado de beneficio con respecto a la capacidad de tiro es muy pequeño.
- 2. Adapta las tareas al nivel y la edad de los jugadores.
Las tareas de enseñanza deben respetar las características, necesidades e intereses de los jugadores a los que van dirigidas. El análisis de las características debe considerar diferentes dimensiones de la personalidad del individuo: la que se refiere a su maduración biológica o física, la que se refiere a su condición psicológica y la que permite establecer su nivel o habilidad motriz (de juego). Hay que respetar las necesidades y los intereses de los jugadores. ¡Entrenamos para ellos!
Establecer el nivel de dificultad de la tarea se convierte así en uno de los retos importantes para el entrenador, que debe ser consciente de la necesidad de abordarla desde diferentes perspectivas: requisitos físicos, psicológicos, tácticos y técnicos.
- 3. Cantidad de contenidos integrados
Dado el escaso tiempo del que solemos disponer para la formación, un aspecto importante es trabajar simultáneamente los contenidos. Uno de los criterios de calidad de las tareas es el número de contenidos integrados en ella. Las estrategias didácticas más globales pueden ser más útiles en este sentido. En este caso es importante que el formador establezca cuál es el contenido principal en cada tarea (para enfocar el feedback en esa dirección) y qué contenidos secundarios se pueden dar.
- 4. Grado de participación individual y colectiva
Uno de los requisitos fundamentales para aprender es practicar lo suficiente. La cantidad de práctica debe abarcar tanto los aspectos técnicos como los tácticos. Evite ejercicios con largas colas y tiempos de espera prolongados, y promueva tareas en las que los jugadores pasen el mayor tiempo posible trabajando.
- 5. Grado de implicación cognitiva del jugador
No sólo debemos utilizar ejercicios repetitivos, sino que también debemos ser capaces de trabajar la toma de decisiones de forma continuada. La percepción y la toma de decisiones son claves en la formación del jugador.
- 6. Grado de libertad para explorar y resolver las situaciones de juego que se generan de forma personal.
Uno de los objetivos del proceso de formación deportiva debe ser conseguir que los jugadores tengan un alto grado de autonomía, lo que se justifica desde el punto de vista de que son ellos los que tienen que tomar las decisiones en los partidos. Esto es necesario para que nuestros jugadores desarrollen la creatividad, que es un aspecto necesario de nuestro juego.
- 7. Grado de transferencia al juego real
Lo que practicamos en los entrenamientos tiene que reflejarse en la competición. Esto significa que nuestras tareas tienen que reflejar la lógica interna del juego, y no hacer cosas que vayan en contra de las reglas o del funcionamiento del propio juego. El objetivo final es la competición. Hasta que un elemento técnico o táctico no se realiza en un partido, no puede considerarse aprendido.
Siempre que, como entrenadores, queremos planificar una tarea en nuestras sesiones de entrenamiento, debemos pensar en estos 7 factoresy en qué medida se cumplen o no los criterios de calidad. Esto no significa que deban cumplirse siempre todos, pero debemos tenerlos en cuenta para intentar crear el mejor escenario de aprendizaje posible.